Acciones de Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedad en los Adultos Mayores

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Introducción


El envejecimiento podría definirse como la pérdida de la capacidad del organismo para adaptarse al medio ambiente, lo que requiere especial atención sanitaria. Esta edad comprende un amplio conjunto de procesos biológicos, psicológicos y sociales relacionados con la vida después de la edad madura, incluyendo aspectos positivos y negativos; no se limita al declive de las estructuras y funciones corporales y a las secuelas en el funcionamiento y la participación social, también involucra aspectos como procesos patológicos previos y ganancias psicológicas (experiencia) y sociales (envejecimiento activo) en las etapas avanzadas de la vida. (Melgar, 2012, p. 27)

Ten en cuenta que, después de los 64 años, la persona adulta entra en un período de envejecimiento. Esto se debe a que las capacidades físicas, mentales, metabólicas y sociales se ven fuertemente afectadas por el agotamiento fisiológico que se genera.

Los adultos mayores enfrentan muchos riesgos debido a que son un grupo vulnerable por la condición orgánica que presentan. Para procurar un envejecimiento saludable, las acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades deben empezar desde edades tempranas en el curso de la vida.

Fotografía de adultos mayores de personas bailando.

Cali, A. (2019). Usuarios del sistema integral al adulto mayor [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3dE6xgP

El tema es de gran importancia porque el personal de salud de primer contacto debe recalcar dichas medidas en cada uno de sus pacientes de la tercera edad, así como explicar a detalle su importancia para que las personas las acepten y las lleven a la práctica.

Identificar las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad dirigidas a adultos mayores de 65 años y más, con la finalidad de que sean fomentadas por el médico de primer contacto.

 

Generalidades sobre la promoción de la salud

¿Sabías que la promoción de la salud permite que las personas tengan un mayor control de su propia salud?

Así es. Y se debe a que abarca una amplia gama de intervenciones sociales y ambientales destinadas a beneficiar y proteger la salud y la calidad de vida de las personas, mediante la prevención y la solución de las causas principales de los problemas de salud, y no se centra únicamente en el tratamiento y la curación (OMS, 2020). Es importante hacer hincapié en que este tipo de acciones se deben realizar desde que una mujer tiene deseos de embarazarse y deben continuar durante todo el curso de la vida.

Por tal motivo, en los adultos mayores, este enfoque deberá ampliarse a la familia y a la comunidad. El médico de primer contacto debe brindar consejería e información sobre la alimentación, actividad física, sueño y descanso, salud sexual y reproductiva, higiene y seguridad domiciliaria y en el entorno comunitario para que la población esté consciente de la importancia que tiene la promoción de la salud, con la finalidad de que los adultos mayores tengan un envejecimiento saludable.

 

Ilustración que muestra relación médico paciente.

Relación médico paciente

Tanto la promoción de la salud como la prevención de enfermedades se enfocan en disminuir la frecuencia de aparición de enfermedades y sus posibles complicaciones en los adultos mayores, relacionadas con las 10 primeras causas de muerte en adultos de 65 años y más identificadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018):

Infografía que muestra las primeras diez causas de muerte en adultos mayores.

Las 10 primeras causas de muerte en adultos mayores

Nota: Desde 2020, la segunda causa de mortalidad en adultos mayores es COVID-19, la diabetes mellitus y el resto de las causas mencionadas se recorren un lugar dentro de las causas de mortalidad (INEGI, 2021).

A continuación, te presentamos los aspectos en los que puedes tomar acciones para la promoción de la salud en los adultos mayores.

Alimentación

Es muy importante tomar en cuenta que la alimentación debe enfocarse en las necesidades o comorbilidades que tenga adulto mayor.

Además, el requerimiento alimentario de energía va disminuyendo con el avance de la edad, como consecuencia de la reducción de la actividad física y el envejecimiento orgánico. Por lo tanto, en el paciente con falta de dientes o prótesis mal fijadas, se debe procurar una dieta orientada a la condición que presente. En la siguiente infografía, encontrarás algunas recomendaciones.

infografía que muestra las recomendaciones para la alimentación de adultos mayores.

IMSS (s. f.). Alimentación en adultos mayores [infografía]. Tomada de https://bit.ly/3xhAXgT

Tener una alimentación desequilibrada durante la tercera edad puede tener repercusiones importantes, ya sea por exceso o falta de nutrientes. Un exceso puede conducir a obesidad o enfermedades cardiovasculares que deriven en un descontrol metabólico importante; a su vez, una alimentación con deficiencias puede traer como consecuencia una desnutrición de tipo calórica, proteica o mixta.

Por esta razón, se recomienda la disminución de alimentos ricos en grasas y carbohidratos, ya que su incremento puede traer secuelas perjudiciales a la salud, como enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Una buena alimentación, junto con actividades físicas y ejercicios aeróbicos, puede contribuir a una vida saludable.

Considera lo siguiente:

La deficiencia de calcio está asociada a un mayor riesgo de osteoporosis y otras enfermedades. Para preservar la masa ósea, es muy importante cubrir correctamente la demanda de este macronutriente. Por lo tanto, los productos lácteos son las mejores fuentes de calcio en la dieta.

osteoporosis


Movilidad física

Ten en cuenta que, un adulto mayor ya no tiene una rutina de hábitos y ejercicio como las que tuvo años anteriores de su vida. Por ello, debes saber lo siguiente:

La fragilidad es un síndrome geriátrico que se caracteriza por una disminución de la reserva fisiológica y una menor resistencia al estrés, como resultado de una acumulación de múltiples déficits en los sistemas fisiológicos que condicionan vulnerabilidad a los eventos adversos y están asociados al proceso de envejecimiento. (Secretaría de Salud, 2014, p. 15)

En el adulto mayor, el síndrome de fragilidad reduce la actividad física; por lo anterior, se recomiendan ampliamente ejercicios de acuerdo con las condiciones que presente.

En condiciones donde no sea posible realizar movimientos corporales complejos, se requiere individualizar la recomendación para ejercitar zonas donde sea viable el movimiento para disminuir la atrofia muscular, para lo cual la movilidad física es indispensable.

Recuerda que hay casos especiales...

En una persona encamada o que pasa mucho tiempo en una misma posición, se debe tener especial atención, ya que esta condición propicia la aparición de úlceras por presión, por lo que se debe cambiar frecuentemente de posición en un determinado tiempo. Estos cambios deben determinarse por la condición que presente el paciente. Se recomienda realizar el cambio de postura cada dos horas al día, y cada tres horas con la cabecera a 30°, así como el uso de almohadas o superficies suaves en las noches.

Es importante realizar la evaluación de prominencias óseas, ya que es común la aparición de úlceras por presión en estas zonas. Además, se debe informar al paciente y a los familiares el riesgo que presenta para la aparición de estas lesiones, los cuidados generales de la piel (higiene y humectación frecuente), la redistribución de presiones, la importancia de reducir la fricción y cizallamiento en diferentes partes del cuerpo, el control de la humedad (cambio frecuente de sábanas y ropa, pañal y uso de compresas absorbentes), y el cuidado nutricional y de las comorbilidades del paciente.

También es primordial vigilar los movimientos generados en personas vulnerables, ya que si no se cuenta con el cuidado necesario, sobre todo en los extremos de la vida, pueden ocurrir accidentes fatales como caídas con repercusiones sistémicas.

Ilustración que muestra al personal de salud ayudando al adulto mayor a moverse.

DCStudio. (s.f.). Fisioterapia [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3JZxXyd

 

Actividad física

La actividad física en el adulto mayor se ve disminuida en comparación con otras etapas de la vida, ya que el sistema locomotor y el sistema nervioso van envejeciendo; esto trae como consecuencia movimientos más lentos. Si en un adulto mayor se logra fomentar la actividad física y la movilidad articular, se podrían tener múltiples beneficios como los referidos por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (2012, s. p.):

  • Mejora en el metabolismo
  • Disminución del riesgo de arterioesclerosis
  • Disminución del riesgo de hipertensión
  • Disminución del riesgo de diabetes mellitus
  • Retraso de la atrofia muscular
  • Prevención de la descalcificación y desmineralización ósea
  • Mejora en la oxigenación, el estado psicoafectivo y cognitivo

Nota: El tipo de ejercicios que se manejará en cada paciente dependerá de la condición clínica que presente y se adaptará para cada caso. Por ejemplo, y de acuerdo con la Secretaría de Salud (2014), el Tai-Chi-Chuan se recomienda a los adultos mayores, ya que contribuye a fortalecer la musculatura y tener una mejor resistencia y equilibrio, por lo que se deben individualizar planes de ejercicio de acuerdo con la capacidad que pueda tener el paciente.

Personas que están haciendo ejercicio.

Walling, S. (2009). Tai Chi demo at culture fest [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3tG6GpR

 

Sueño y descanso


Un buen sueño y descanso ayuda a tener un rendimiento físico y mental óptimo. Es importante enfatizar en rutinas y programar un horario adecuado que incluya frecuencia y duración del sueño, así como las actividades diurnas, para brindar una higiene de sueño apropiada.

De acuerdo con la Secretaría de Salud (2011), no existe en la literatura médica la demostración efectiva de medidas preventivas para la aparición de algún trastorno del sueño, pero se puede mejorar el tiempo y la calidad del sueño si se lleva un estilo de vida saludable, iniciando con una alimentación y una actividad física adecuadas de acuerdo con las necesidades del paciente.

Considera que habrá adultos mayores que necesitan terapia cognitivo-conductual, sobre todo aquellos pacientes con depresión y ansiedad que son susceptibles a padecer este tipo de trastornos. Si en un momento dado no es posible solucionar estos problemas, se aconseja el uso de fármacos.

Infografía que muestra los factores que provoca insomnio en los adultos.

Elaboración propia con base en IMSS (s. f.). Factores que generan insomnio en los adultos mayores [ilustración]. Tomada de http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/492GRR.pdf

Para la prevención de problemas del sueño, se recomienda enfocarse en los principales factores que generan insomnio, con especial importancia en la valoración del médico especialista (Secretaría de Salud, 2011). Además se recomienda lo siguiente:

  • Tener un horario fijo de sueño y descanso
  • Retirar sustancias que alteren el sistema nervioso central (cafeína o alcohol)
  • Evitar tomar siestas durante el día
  • Ambiente cómodo para dormir

 

Salud sexual


La salud sexual en el adulto mayor no es un tema del cual se hable abiertamente, ya que se puede tener la creencia de que las personas de esta edad no gozan del derecho y la libertad de ejercer una sexualidad libre y plena. Esto es un error, y es necesario abordar este tema como en cualquier otra edad.

Fotografía de pareja de adultos mayores.

Hamilton, A. (2006). Pareja [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3gBf2Lw

Al tratar con pacientes de la tercera edad, es importante brindar información sobre los cambios corporales y funciones sexuales, como la baja en el deseo sexual, la disminución de tejido en el área genital, menor lubricación, la reducción de orgasmos, entre otros. Pueden brindarse soluciones específicas para no cesar la actividad sexual; por ejemplo, para el caso de la disfunción eréctil —un problema muy común en la población masculina de la tercera edad—, se requiere tratamiento especializado de psicólogos, psiquiatras y urólogos, donde se hará un plan individualizado para el mejor tratamiento posible.

De acuerdo con Wong, Álvarez, Domínguez y González (2010), existen cambios fisiológicos y anatómicos en los adultos mayores que no necesariamente son sinónimo de muerte sexual. A pesar de haber un menor movimiento de espermatozoides, reducción en la calidad del semen, cambios degenerativos en los túbulos seminíferos de los testículos, aplanamiento del epitelio germinal e interrupción de las células germinales, el hombre mayor puede llegar a ser fértil.

Además de los métodos anticonceptivos, se puede optar por la vasectomía sin bisturí; es una opción de método de planificación familiar permanente y definitiva, dirigida a todo hombre satisfecho con el número de hijos que tiene y que haya tenido consejería previa. Es importante la evaluación médica antes de realizar este procedimiento con el fin de establecer si el paciente es apto. Cabe recordar que esta intervención impide el paso de espermatozoides y tiene una efectividad mayor al 99 % (IMSS, s. f.).

Para las personas con una vida sexual activa, es conveniente la consejería y orientación médica, con suficiente información para la toma de decisiones encaminada a prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS).

¡Recuerda! Una educación sexual apropiada trae beneficios y reduce el riesgo de contraer ITS a cualquier edad.

 

 

Higiene

La higiene en los adultos mayores resulta igual de importante que en otros rangos de edad. Toda persona debe procurar su higiene personal, sin importar en qué etapa de su vida se encuentre.

En los adultos mayores, la falta de higiene bucal, no asistir al odontólogo con frecuencia y el propio envejecimiento son factores de riesgo para la pérdida de dientes o caries. De no atenderse a tiempo, pueden derivar en infecciones que van desde las leves hasta las potencialmente mortales (endocarditis); por ello, la prevención no debe dejarse de lado. Los adultos mayores que utilicen prótesis dentales deben procurar una limpieza adecuada y diaria, y el odontólogo debe hacer hincapié en la forma y número de veces en que el paciente llevará a cabo su higiene bucal. Si no se cuenta con una limpieza adecuada, pueden generarse colonizaciones de bacterias potencialmente dañinas para la salud.

Por la misma fragilidad que se va generando en el adulto mayor, éste tiende a descuidar muchos aspectos de su vida, como la higiene personal y bucal. Tomar un baño debe ser un hábito diario en la medida de lo posible, ya que su frecuencia es fundamental para eliminar impurezas generadas en el día a día. Los cambios de ropa pueden realizarse cada cierto tiempo siempre y cuando se utilice ropa limpia; si por alguna razón la ropa está mojada o sucia, conviene cambiarla para la comodidad y bienestar del adulto mayor, así como para la prevención de dermatitis o úlceras.

Ilustración que muestra las medidas de higiene básicas.

Medidas de higiene

Dentro de tu labor como médico de primer contacto, debes recordar a tus pacientes la importancia de mantener una buena higiene, con especial énfasis en el lavado de manos, ya que “salva vidas, es la medida más económica, sencilla y eficaz para reducir el riesgo de infecciones y hace parte de las recomendaciones en la lucha contra la resistencia antimicrobiana” (OPS, 2021).

Vacunación


“Se entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos” (OMS, 2019). Si consideras esta definición, podrás concluir que las vacunas confieren inmunidad para ciertas enfermedades importantes que generan las principales causas de morbilidad en adultos mayores de 65 años. 

De acuerdo con la Secretaría de Salud (2019), el Esquema Nacional de Vacunación de Adultos mayores de 60 años de edad debe contener las siguientes vacunas:

Dosis única a partir de los 65 años. En personas con factores de riesgo, una dosis inicial de los 60 a 64 años de edad y una revacunación única cinco años después de la dosis inicial.

Con esquema completo, un refuerzo cada 10 años. Con esquema incompleto o no documentado, tres dosis: la primera dosis inicial; la segunda, un mes después de la primera dosis, y la tercera, 12 meses posteriores a la primera dosis.

Una dosis al año.

Nota: En diciembre de 2020, inició el programa de vacunación a nivel mundial contra la Covid-19. Hasta 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha validado el uso de nueve vacunas. El esquema y la dosis dependen del tipo de vacuna; si te interesa profundizar en el tema, consulta el siguiente enlace.

Fotografía que muestra la vacunación de adultos mayores.

Presidencia de Consejo de Ministros del Perú (2021). Vacunación de adultos mayores en Campo de Marte [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3VlKqje

Es importante aplicar correctamente las vacunas, ya que refuerzan el sistema inmunológico y, por ende, se reduce el riesgo de aparición de las enfermedades para las que fueron creadas.

Seguridad


Otros aspectos a tomar en cuenta para procurar la vida saludable de un adulto mayor se relacionan con la seguridad. Independientemente de la edad, la intervención temprana tanto en factores de seguridad en el hogar como en cuestiones de violencia podría ser de gran ayuda para favorecer la salud en los pacientes.

Seguridad domiciliaria y en el entorno comunitario

Los adultos mayores van generando una mayor dependencia para su movilidad, lo cual los vuelve más propensos a accidentes como caídas. Este riesgo se puede reducir si hay seguridad tanto en el domicilio como en el entorno comunitario.

Las caídas son situaciones que suelen derivarse del descuido de personas susceptibles, pero con la implementación de las medidas correspondientes, se pueden evitar. En los adultos mayores de 65 años, las caídas aumentan la morbilidad y mortalidad, como consecuencia de la falta de adaptación del envejecimiento ante diversas situaciones físicas o ambientales.

Caídas

Caídas

Para prevenir estas situaciones, resulta fundamental considerar aspectos como la evaluación médica, una consejería ambiental y adaptación de espacios donde el adulto pasa la mayor parte del tiempo.

De igual manera, y en lo que respecta al hogar, deben procurarse aspectos como un piso seco, pasillos libres de obstáculos, buena iluminación, barandales instalados de manera correcta en pasillos y baños, y el uso de calzado antideslizante y cómodo para procurar una movilidad segura. En el entorno comunitario, se recomienda que el adulto mayor se encuentre acompañado por alguna persona que guíe su paso, así como la implementación de rampas en las calles para aquellas personas que se ven en la necesidad de utilizar sillas de ruedas para desplazarse.

“La evaluación de la seguridad domiciliaria (ubicación de alfombras, escaleras, muebles, barandas e iluminación) acompañada con programas de educación y posterior consulta con el médico de atención primaria o geriatra reducen la incidencia de caídas” (Secretaría de Salud, 2008, p. 15). Todos los resultados adversos que generan las caídas requieren tratamiento y rehabilitación apropiada, aun cuando sus efectos sean mínimos; todas las acciones que se pretendan realizar siempre llevarán una valoración basada en la relación riesgo/beneficio.

Violencia

Otro aspecto importante en cuanto a la seguridad de los adultos mayores, y muy común de ver, es la violencia. Los principales implicados suelen ser los cuidadores principales y la familia, ya que el desgaste emocional derivado de tal responsabilidad puede conducir a actos de hostilidad contra el paciente.

Fotografía que muestra la vacunación de adultos mayores.

Annabel, P. (2019). Violencia [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3eNlzEp

Por ello, es fundamental aconsejar y concientizar tanto al adulto mayor como a los responsables de su cuidado sobre la prevención de maltrato. Eso incluye sensibilizar y ofrecer información sobre las consecuencias de la violencia; si se detecta de manera temprana, es necesario canalizar a una red de apoyo con enfoque en la víctima y el victimario.

Dentro de los tipos más frecuentes de maltrato, se encuentran el psicológico, físico, financiero, sexual y abandono. Son el resultado de una desorganización sociocultural, comunitaria y familiar que puede llevar a problemas orgánicos y psiquiátricos graves si no se toman las medidas necesarias de manera oportuna.

De acuerdo con un estudio de la OMS realizado en 2017, una de cada seis personas de 60 años o más (15,7 %) sufrieron alguna forma de maltrato. A continuación se muestra una estimación de la prevalencia de los distintos tipos de maltrato:

Fotografía que muestra la vacunación de adultos mayores.

Elaboración propia con base en OMS (2022). Prevalencia de los distintos tipos de maltrato en adultos mayores [tabla]. Tomada de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/abuse-of-older-people

Existen alternativas para prevenir el maltrato, como la consejería, orientación e información dirigida a toda la población. De esta forma los pacientes pueden conocer su situación familiar y las medidas que deben tomarse.

Si conoces a algún paciente geriátrico que sea víctima de maltrato, puedes recurrir a estas instituciones para solicitar ayuda.

Adicciones


Otro aspecto a considerar son las adicciones, las cuales pueden prevenirse con un ambiente positivo y cálido en casa; el apoyo y la comunicación familiar son factores muy importantes para no caer en adicciones.

Fotografía que muestra la vacunación de adultos mayores.

(s. a.) (2015). Cigarrillo [fotografía]. Tomada de https://bit.ly/3Sl95S2

De acuerdo con Becerra y Arteaga (2017, p. 4), las principales adicciones en los adultos mayores son el alcoholismo y el tabaquismo; sin embargo, las benzodiacepinas, analgésicos, laxantes y antidiarreicos son sustancias de las que se suele abusar en esta etapa de la vida. Las drogas ilícitas, como la marihuana, cocaína, anfetaminas, entre otras, tienen un mayor uso en personas mayores de 55 años (nacidos entre 1946 y 1964), luego de haber tenido mayor experiencia con el uso “recreacional” de estas drogas.

Una manera de disminuir la frecuencia de adicciones en el adulto mayor es brindar consejos e información sobre las consecuencias de su abuso a nivel orgánico y mental. También es importante detectar factores de riesgo como violencia intrafamiliar, familia disfuncional, amistades consumidoras de alguna sustancia psicoactiva, desórdenes mentales, entre otros. Al detectar alguna adicción, conviene referir al paciente a centros especializados. Las adicciones en el adulto mayor pueden generar distintos problemas de salud con el paso del tiempo.

A continuación, se muestran los grados de consumo de alcohol y el tipo de intervención requerido dependiendo de cada caso.

Criterios para niveles de riesgo e intervención [tabla]

Elaboración propia basada en Anderson, P., Gual, A. y Colon, J. (2008). Criterios para niveles de riesgo e intervención [tabla]. Tomada de https://socidrogalcohol.org/wp-content/Pdf/publicaciones/alcohol/documentos/Alcohol-atencion-primaria-2008.pdf

Dentro de las acciones que se pueden realizar para diagnosticar tempranamente el abuso del consumo de alcohol en el adulto mayor, se encuentra la debida difusión de los servicios ofrecidos en las instituciones de salud para ayudar a enfrentar el consumo de alcohol, la elaboración de una historia clínica detallada para detectar tempranamente la adicción, canalización del paciente que lo requiera a los expertos correspondientes para una atención personalizada, creación de grupos de ayuda, terapias psicológicas, entre otras.

 

Conclusión

A lo largo de esta UAPA, identificaste la importancia de tomar acciones para promover la salud y prevenir enfermedades en la población de la tercera edad, con especial énfasis en las acciones que permiten mejorar su calidad de vida, como las dirigidas a cuidar y mejorar la alimentación, actividad física, sueño y descanso, salud sexual, higiene, seguridad domiciliaria, entre otras. A su vez, muchas de estas acciones también ayudan a evitar aquellas enfermedades que constituyen las principales causas de mortalidad en este grupo de la población, como las enfermedades del corazón, diabetes mellitus, enfermedades cerebrovasculares, entre otras.

Recuerda que las personas en esta etapa de la vida suelen perder seres queridos, pareja o amistades, lo cual va disminuyendo su interés por la vida. Ante esta situación, es fundamental recomendarles una constante actividad física y mental, como los grupos de bordado, ajedrez, cocina, viajes, Tai-Chi-Chuan, entre otros, así como fomentar en la familia o los responsables directos de su cuidado un trato amoroso, atento, comprensivo y cuidadoso y de compañía hacia el paciente.

Actividad. Acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad en los adultos mayores

Es importante identificar acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad en los adultos mayores para procurar un envejecimiento saludable. Como médico de primer contacto, está en tus manos divulgar y fomentar este tipo de recomendaciones.


Autoevaluación. ¿Qué tanto sabes sobre acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades en adultos mayores?

Como te habrás dado cuenta, existen diversos factores que deben tomarse en cuenta al hablar sobre la promoción de la salud en los adultos mayores. Aunque ésta debe promoverse por igual en todos los grupos de edad, cada uno requiere diferentes acciones para garantizar la salud.

La siguiente autoevaluación te permitirá acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad en adultos mayores para que las fomentes en tus pacientes como médico de primer contacto.

Selecciona la respuesta correcta para cada uno de los siguientes reactivos. Al finalizar, podrás conocer tu desempeño.


Fuentes de información

Bibliografía

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Cómo citar

Govea, B., Macedo, L. E., Robles, V., Zepeda, C., Huerta, C. y Ríos, A. A. (2023). Promoción de la salud y prevención de la enfermedad en los adultos mayores. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de Medicina-UNAM. (vínculo)