Principios Bioéticos para Profesionales de la Salud

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Introducción


En la presente unidad de aprendizaje, conocerás los principios bioéticos y sus principales modelos, entre ellos, los norteamericanos y los europeos; éstos serán descritos por la familiaridad que se tiene con ellos. Por orden de aparición, los primeros en ser abordados son los principios bioéticos norteamericanos, que hacen alusión a la necesidad de tener normas sobre la investigación y la ética, así como a la relación con la bioética clínica.

Por otra parte, los principios bioéticos europeos son relativamente nuevos; nacen de la necesidad de abrir y entrelazar nuevas ramas científicas que nutran el conocimiento, con el fin de que los futuros profesionales de la salud cuenten con un espectro más amplio de conocimiento al encontrarse frente a un dilema bioético y, de esta forma, se relacionen con aspectos que les permitan incluir una perspectiva bioética durante su práctica clínica al momento de relacionarse con los pacientes y las pacientes. En el siguiente esquema, se muestran, con mayor detalle, los principios norteamericanos y europeos:

Esquema que muestra los principios bioéticos norteamericanos y los principios bioéticos europeos.

Principios bioéticos

Este tema es importante porque te permitirá conocer los diversos principios que seguramente durante tu práctica médica tendrás que aplicar en diferentes situaciones dilemáticas, donde las decisiones que tomes se verán influenciadas por la bioética.


Distinguir los principios bioéticos, considerando sus principales características, con la finalidad de reconocerlos en la práctica clínica de los profesionales de la salud.

 

Definición y campo de estudio de la bioética

La bioética está inmersa en nuestro quehacer y ha resultado como herramienta de primera mano, de tal forma que se han creado distintas reglas que norman el actuar y estandarizan la resolución de diversas situaciones; conforme el paso del tiempo, éstas se han visto modificadas, pues se relacionan con los valores, la calidad moral y la cultura en la que se encuentra inmersa la sociedad.

Osorio (2005) recupera lo escrito en 1970 por Van Rensselaer Potter, quien pudo definir la bioética como “[…] El estudio sistemático de los actos humanos en relación con la vida y la salud examinados a la luz de los valores y principios morales” (p. 10); sin embargo, la preocupación del bioquímico y oncólogo lo llevó a reestructurar la definición y la recupera el obituario de La Voz de Galicia (2001) de la siguiente forma:

“[…] piensen la bioética como una nueva ética científica que combina la humildad, la responsabilidad y la competencia, que es interdisciplinaria e intercultural y que intensifica el sentido de la humanidad” (Osorio, 2005, p. 10).

De tal manera que, así como lo narra Osorio (2005), Potter relacionó la bioética clínica y la ecológica con la bioética médica y la filosófica, lo que dio por resultado la bioética global, que se basa en la repercusión del entorno en el individuo y viceversa; es decir, crea un puente entre las ciencias biológicas, las ciencias sociales y las humanidades, creando una alternativa a la fuerte deshumanización de la práctica científica.

Esquema que muestra la bioética global como puente entre las ciencias biológicas, las humanidades y las ciencias sociales.

La bioética como puente

Al tomar en cuenta nuevas áreas y perspectivas, en la urgencia de desarrollar detalladamente la teoría propuesta por Potter, se añadieron a la investigación diversos especialistas, entre ellos, Aldo Leopold, Henry K. Beecher, André Hellegers, así como nuevas normas, como el Código de Nuremberg y el Convenio de Asturias, por mencionar algunas; todas y cada una tenían un fin en común: guiar las decisiones que imperan en la práctica cotidiana de los profesionales de la salud.

A continuación, revisarás cada uno de los principios bioéticos y, con ello, podrás aterrizar sus definiciones y su correlación con tu práctica profesional.

Modelos de los principios bioéticos

Principios bioéticos norteamericanos


Seguramente cuando escuchas el concepto de “principios bioéticos”, llegan a tu mente cuatro de ellos: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia; estos principios fueron propuestos por Beauchamp y Childress y “no responden a una jerarquización particular, aunque algunos autores consideran que el principio de autonomía puede y debe ser considerado como de mayor relevancia con relación a los demás” (Escobar y Aristizábal, 2011, p. 91); a continuación, veremos una recapitulación de cada uno.

  • Principio de autonomía

La autonomía se refiere a la regulación personal de uno mismo; es decir, el ser humano que es libre sin interferencias externas que lo intenten controlar. “Una persona autónoma actúa libremente de acuerdo con su plan elegido” (Facultad de Medicina UNAM, 2021b). Etimológicamente, “la palabra autonomía deriva del griego autos (propio) y nomos (regla, ley o autoridad), y se utilizó por primera vez con referencia a la autorregulación y autogobierno de las ciudades-Estado helénicas independientes” (Facultad de Medicina UNAM, 2021b).

Se dice que una persona con déficit de autonomía es aquella que es controlada por otros, por lo menos, en algún aspecto de su vida, incapaz de reflexionar y actuar en función de sus propios deseos y planes (Facultad de Medicina UNAM, 2021b).

Por otra parte, este principio se remonta al artículo 1.o del Código de Nuremberg:el consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial” (Comisión Nacional de Bioética, 1947).

De manera que, al tener relación con el consentimiento informado, este principio habla sobre el respeto a las personas, al evidenciar que no existe una relación jerárquica entre el paciente y el profesional de la salud, y que no se debería paternalizar el trato durante la consulta; el profesional de la salud no demerita la capacidad e individualidad del sujeto enfermo. De esta forma, es importante que conozcas los siguientes dos aspectos esenciales de la autonomía, ya que todas las teorías están de acuerdo con ellos (Facultad de Medicina UNAM, 2021b):

  • Libertad: Se refiere al hecho de poder actuar independientemente de las influencias que pretendan controlar.
  • Ser agente: Se refiere a la capacidad para poder actuar intencionalmente.

Aquí te dejamos un ejemplo:

En la atención clínica, cual sea el nivel de atención en el que se encuentre, el paciente puede actuar de manera intencionada volviéndose eje central de su diagnóstico y tratamiento, pues él puede controlar las acciones a tomar y las repercusiones que tendrán en su hacer cotidiano.

Para que tu paciente se vuelva agente, debes tener en cuenta que la decisión que tome puede y debe incluir tres derechos (véase Hincapié y Medina, 2019, p. 15):

  1. Tener sus propios puntos de vista.
  2. Tomar sus propias opciones.
  3. Actuar en conformidad con su escala de valores.

Al tener presentes estos tres derechos, nosotros, como profesionales de la salud, podemos brindar información al paciente y otorgar opciones de tratamiento basándonos en su situación socioeconómica y cultural; éste puede decidir a partir de la integración de los datos y, así, ambas partes trabajarán en conjunto, sin una rivalidad o una jerarquía y, por ende, brindándole más importancia al paciente durante la evolución de una enfermedad o su resolución.

  • Principio de no maleficencia

Probablemente, entre los pasillos de la facultad o entre los libros, leíste la frase primum non nocere (véase Trapaga, 2018, p. 57); es muy importante que la tengas presente desde etapas tempranas en tu formación, pues la finalidad de ejercer, en cualquier área en la que decidas formarte, es no afectar a tu paciente ya sea por acto o por omisión.

Si nosotros pudiéramos resumir en obligaciones esta frase, tendríamos las siguientes (véase Hincapié y Medina, 2019, p. 16):

  • No se debe hacer mal o daño.
  • Se debe prevenir el mal o daño.
  • Se debe eliminar el mal o daño.
  • Se debe hacer o promover el bien.

¿En qué momento de nuestra práctica clínica podemos hacer uso de este principio?

Por ejemplo, en los actos quirúrgicos, el equipo debe tener en cuenta al paciente y su situación psicológica y fisiológica, el diagnóstico, el procedimiento a realizar, los riesgos que pueden existir y la manera en que se pueden solucionar, cómo debe evolucionar el paciente, cuánto tiempo tardará cada una de las etapas y, por último, la reinserción del paciente en su ambiente cotidiano. De esta manera, estaríamos contemplando la no maleficencia en un ambiente hospitalario-quirúrgico.

A continuación, se muestran las cinco reglas que toda atención brindada por el personal de salud debe tener; además, deberá promover la vitalidad humana y todo aquello que auxilie la preservación, recuperación o rehabilitación de la salud en un paciente.

Elementos

(s. a.) (2022). Principio de no maleficencia [esquema]. Basado en https://m.facebook.com/pg/FacultadMedicinaUNAM/posts/

  • Principio de beneficencia

“La beneficencia es procurar el bienestar de los demás a través de actos positivos; la prevención y supresión de condiciones lesivas requieren de pasos positivos. La benevolencia es la virtud de estar dispuesto a actuar de manera beneficente” (Cerecero, s. f.). La beneficencia tiene una utilidad y, a su vez, obligaciones, mismas que veremos a continuación:

Se refiere a que es prácticamente imposible producir beneficios sin originar riesgos o implicar costes adicionales; la beneficencia positiva (aporte de beneficios) requiere un proceso de deliberación libre, consciente y responsable que calcule las posibles consecuencias y beneficios de dichos actos (Cerecero, s. f.).

La beneficencia positiva tiene por actos obligatorios:

  • Proteger y defender los derechos de otros.
  • Prevenir que suceda algún daño a otros.
  • Suprimir las condiciones que puedan suprimir las condiciones que puedan producir perjurio a otros.
  • Rescatar a las personas en peligro (Cerecero, s. f.).

En este principio, debemos buscar disminuir el daño y maximizar el beneficio en cualquier procedimiento a realizar en un paciente (Trapaga, 2018).

Entonces, ¿en qué momento de nuestra práctica clínica hacemos uso de la beneficencia?

Esto es muy evidente en cirugía general; sin embargo, es aplicable en la consulta; por ejemplo, al otorgar medicamentos a un paciente que recién fue diagnosticado con hipertensión arterial sistémica y diabetes mellitus 2, si nosotros contemplamos su jornada laboral, la distancia y el tiempo que implica su traslado, el salario que obtiene y el dinero que puede dirigir a su salud, le podemos brindar una terapéutica en la que se beneficie por la disminución de sintomatología y complicaciones, así como contemplar la dieta y la actividad física que puede realizar según el tiempo disponible que tiene, además que no mermar otras áreas de su vida porque el medicamento que recetemos sería asequible.

Seguramente durante tu estadía por rotación en campos clínicos o al otorgar atención a los pacientes, descubriste cuán habituados estamos al paternalismo; muchas de las veces adoptamos un papel jerárquico para brindar mayor beneficencia en un tratamiento; sin embargo, en nuestra actualidad, ¿realmente podemos brindar cobijo a un paciente sin optar por este modelo? La respuesta depende de qué se prepondera: el beneficio o las consecuencias indeseables, ya sea en una enfermedad o en un tratamiento; para ello, se requiere un análisis donde se logre visualizar y cuantificar cada extremo.

¿Has considerado cómo ayudar a un paciente que no quiere tomar el medicamento o que suspende su tratamiento intermitentemente? ¿Qué actitud convendría ante un paciente reticente o abnegado? ¿Cómo conectarías para visibilizar la beneficencia de las opciones sin agraviar su libertad? Para ello, podemos analizar los escenarios y sus consecuencias, por medio del análisis coste-efectividad o riesgo-beneficio.

Para tener más claro este principio, actualmente, podemos dividir la beneficencia en dos ramas (Hincapié y Medina, 2019):

  • La beneficencia positiva, que obliga a obrar benéficamente en favor de los demás.
  • La utilidad, que obliga a hacer balance entre los beneficios y los inconvenientes.

Esta subdivisión tiene por objetivo que la atención brindada contemple no sólo al individuo, sino a quienes le rodean; en este caso, podemos otorgarle tratamiento a un paciente con diagnóstico de tuberculosis y dirigirlo a través de la asesoría e información para no contagiar a sus familiares inmunosuprimidos o para que su enfermedad no progrese de manera que no lo inhabilite para laborar y, con ello, no se limite aún más el presupuesto de su familia hacia otras actividades. Según este perfeccionamiento de la técnica, podemos integrar las siguientes reglas, de acuerdo con Beauchamp y Childress (véase Hincapié y Medina, 2019, p. 17):

  • Proteger y defender los derechos ajenos.
  • Prevenir los daños que podrían afectar a terceros.
  • Eliminar las condiciones o situaciones que pudieran dañar a otros.
  • Ayudar a las personas con discapacidades o deficiencias.
  • Rescatar a las personas que están en peligro.
  • Principio de justicia

Alude a la distribución igualitaria y equitativa de los recursos en las políticas sanitarias del Estado para servicios de salud, hospitales, investigación, etcétera (Trapaga, 2018).

Los criterios materiales propuestos por Beauchamp y Childress (véase Hincapié y Medina, 2019, p. 19) son los siguientes:

  • A cada persona una porción igual
  • A cada persona según sus necesidades
  • A cada persona según sus esfuerzos
  • A cada persona según su aportación
  • A cada persona según su mérito
  • A cada persona según las reglas de intercambio en un mercado libre

La justicia es un principio ético que indica un trato igual, equitativo y apropiado; a su vez, la justicia se puede dividir de la siguiente manera:

Ésta se refiere al reparto igual, equitativo y apropiado de derechos y responsabilidades, incluyendo situaciones de escasez (Escobar y Aristizábal, 2011).

Ésta se refiere a que los iguales deben ser tratados igualmente; los desiguales, de manera desigual (Escobar y Aristizábal, 2011).

La justicia cobra relevancia, pues, a partir de ella, la bioética, en sinergia con disciplinas como la salud pública, estudia y analiza la adecuada distribución ante la escasez de recursos terapéuticos, la priorización para la atención de enfermedades y atención a grupos vulnerables, la igualdad de oportunidades al tratamiento médico, que permitan el coste del mismo, las prioridades en la distribución de los recursos de asistencia sanitaria, creación de espacios para el desplazamiento de personas en silla de ruedas, líneas guía para las personas ciegas u horarios específicos de atención pública a personas autistas. Brindar atención de manera justa asegura que la persona estará en un espacio seguro sin distinguir su raza, identidad u orientación sexual, preferencias, ideología, etcétera.

Hasta aquí hemos visto los principios bioéticos norteamericanos; ahora, es momento de identificar los europeos.



Principios bioéticos europeos

Es cierto que la ética y la bioética han mostrado interés en el bienestar del ser humano, a la vez que han buscado que éste prevalezca ante el interés social y científico; además, buscan redirigir el ámbito jurisdiccional y que las intervenciones que se realicen en seres vivos respeten la vida privada, la salud y las decisiones informadas; por ello, se propusieron nuevos principios bioéticos, con la finalidad de promover la constante extensión y expansión de conocimiento:

  • Vulnerabilidad
  • Dignidad
  • Autonomía
  • Integridad

Al respecto Victoria Camps (2000) afirmó lo siguiente:

Para bien o para mal, la bioética ha empezado a desarrollarse en el marco cultural e ideológico de eso que ha venido a llamarse “posmodernidad”, un marco en el que convergen, por un lado, el desempeño y el escepticismo con respecto a los ideales de emancipación del proyecto ilustrado, que es el proyecto moderno. Por otro lado, el reconocimiento de una sociedad laica, plural y multicultural que tiene que hacer cuadrar el círculo de poder de acuerdo con distintas perspectivas éticas procedentes de culturas asimismo diversas (p. 49).

Con ello, al ganar terreno, la bioética se vuelve crucial y, por ende, necesita modificarse; tiene que evolucionar más allá de las ideas filosóficas y políticas o en el cuadro tradicional/religioso de una cultura; la bioética debe reflexionar desde la multiculturalidad; es decir, por medio del diálogo, diversos grupos de individuos con distintos intereses intercambiarán argumentos para determinar un bien común: la razón bioética.

Así, uno de los resultados observados es el establecimiento de los principios bioéticos denominados europeos. Éstos fueron expuestos bajo consenso en la Declaración de Barcelona y se exponen a continuación.

  • Vulnerabilidad

De acuerdo con este principio, el ser humano puede conceptualizarse como una unidad orgánica en la que su estabilidad depende del estado de salud-enfermedad; es decir, es vulnerable a su entorno y se sabe como tal. Torralba (s. f.) manifiesta que…

[…] El ser humano es vulnerable y ello afecta a todas y cada una de sus dimensiones y facetas. La vulnerabilidad está arraigada a su ser, a su hacer y a su decir. Decir que es vulnerable significa afirmar que no es eterno, que no es omnipotente, que puede acabar en cualquier momento. Significa afirmar que lo que hace puede ser indebido, pues el obrar sigue al ser y si el ser es vulnerable también lo es el obrar (p. 2).

Con ello, el humano se sabe vulnerable no sólo físicamente; su vulnerabilidad coincide corporal, moral, ambiental, social y psicológicamente al mismo tiempo.

En el escenario clínico, el paciente asume su enfermedad y se expone ante quien lo revise (enfermeros, médicos, alumnos), por lo que debemos tener presente su vulnerabilidad y acompañarle en el proceso de manera cordial y afable.

  • Dignidad

Torralba (s. f.) define la dignidad como atributo o característica que se predica universalmente de la persona humana; es decir, esta cualidad le corresponde a cualquier persona por el simple hecho de ser persona; al tener dignidad, se hace acreedor uno de responsabilidades y de ser tratado con respeto ante las decisiones que tome; no se puede poner a discusión esta cualidad, pero sí pueden diferir sus características entre individuos y sociedades, dependiendo del contexto en el que estén inmersos.

De esta forma, Kant (2007), el máximo exponente de la dignidad, nos expone en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres que “[…] La humanidad misma es una dignidad, porque el hombre no puede ser tratado por ningún hombre (ni por otros, ni siquiera por sí mismo) como un simple medio o instrumento, sino siempre, a la vez, como un fin; y en ello precisamente estriba su dignidad (la personalidad)” (p. 47). Con ello, se refiere a que una persona humana es digna (ontológicamente) por el simple hecho de ser persona; su dignidad es ineludible y trascendental, por lo que no se puede atentar contra ella, ni subordinarla, ni tratarla de manera despectiva; se discrepa, así, de la dignidad moral, la cual depende del actuar del individuo, mismo actuar que puede mermar la dignidad desde una perspectiva moral.

¿En qué momento de nuestra práctica clínica podemos ver en acción este principio?

Al interactuar con el paciente, debemos tener presente su posición ontológica y no paternalizar el trato con el mismo. Cuando se vuelve horizontal la relación, le brindamos un mayor papel en su consulta y se compromete más con su enfermedad y la evolución de ésta.

  • Autonomía

El ser humano es dueño de sí, de su voluntad y, por ende, es autónomo para tomar sus propias decisiones, tal y como lo consideraba Kant (2007):“[…] El hombre obra como si la máxima de su acción debiera tornarse, por su voluntad, ley universal de la naturaleza”(p. 21); por ello, merece respeto; puede tener una disminución en su autonomía física, psíquica, social e, incluso, ética; sin embargo, no se demerita su autonomía, a menos que moralmente sus actos se vuelvan indignos y, con ello, incurra en agravio a otra identidad.

Visto desde el panorama de los profesionales de la salud, se debe incorporar al paciente a su proceso de sanación y curación, pues él es quien comandará su futuro conforme a la información que podamos brindarle.

  • Integridad

La integridad de una persona se expresa en una relación equilibrada entre los elementos corporales, psicosociales e intelectuales de su vida (Torralba, s. f.).

Este principio depende de la interacción y la relación médico-paciente, pues es en ella donde partimos para respetar al individuo; así, podemos interactuar con el paciente, bajo su consentimiento, con la finalidad de otorgar soluciones terapéuticas a su estado.

¿En qué momento de nuestra práctica clínica podemos ver en acción este principio?

Bajo la lupa de los profesionales de la salud, se debe mantener una relación horizontal con el paciente, donde él pueda ser partícipe de la evolución de su salud y de las soluciones terapéuticas, de manera integral.

 



Actividad. ¿De qué principio se trata?

Como te has dado cuenta, los principios norteamericanos juegan un papel muy importante al momento de tomar decisiones en tu práctica médica; con el surgimiento de los principios europeos, se amplía la percepción que tenemos del paciente en nuestra práctica clínica, además de que se adecuan a nuestra actualidad.

Conclusiones

Finalmente, la creación, el establecimiento y la exposición de nuevos principios y modelos promueven el quebrantamiento del monólogo bioético; buscan derrocar la rigidez del paradigma que impera en la cultura, de modo que, si consideramos que en la época actual la toma de decisiones se realiza día con día en contextos inmersos en la multiculturalidad, es posible señalar que un sistema bioético sustentado en tradiciones de creencias resulta excluyente y, por lo tanto, obsoleto.

Asimismo, teniendo en cuenta que los contextos y los contenidos coinciden, la bioética debe considerarse multidisciplinaria y transdisciplinaria; es decir, ya no sólo puede ser mirada como una normativa o una serie de prohibiciones que circunda el quehacer de las profesionales y los profesionales de la salud, sino que abarca todas las vidas existentes y sus diversas interacciones. En otras palabras, evalúa la vida humana y su relación con la naturaleza; por ejemplo, prioriza el respeto al ente y a sus diversas esferas y, con ello, confronta, de una manera más benévola, el bienestar vital.

Guiar una actitud de diálogo abre escenarios donde el paciente participa activamente en su proceso de recuperación y es involucrado en las decisiones terapéuticas que lo retornarán a la salud; la inclusión de nuevas perspectivas y críticas podrían cuestionar, incluso, las estructuras de dominación existentes, así como transformar la realidad del prestador de servicios y del acreedor de éstos por medio de la libertad de pensamiento, la resistencia y la demanda de un nuevo criterio bioético.

Te hemos brindado un ejemplo por cada principio; sin embargo, es importante que tengas presente que cada uno no es ajeno al otro, que pueden entrelazarse o pueden encontrarse en una situación jerárquica; es decir, que en una situación deberás decidir con cuál guiarte acorde a la normativa que rija tu práctica; por ello, te presentamos una viñeta clínica de integración, con la que podrás visualizar a qué nos referimos.

Viñeta clínica de integración

Imagina que llega a consulta un paciente hombre transgénero de 22 años, ingeniero civil, quien acude a consulta por referir nocturia, urgencia y esfuerzo miccional y sensación de vaciado incompleto. La médica en turno le comenta que realizará exploración y pregunta si se lo permite; el paciente accede y se realiza exploración y encuentra puntos ureterales positivos y Giordano positivo. La médica integra como diagnóstico una infección de tracto urinario (ITU) y otorga tratamiento; sin embargo, el paciente le menciona que preferiría realizarse un estudio que corrobore el diagnóstico antes de tomar medicamentos, pues no le gusta ingerir tratamientos si no son necesarios.

La doctora le explica en qué consiste una infección de tracto urinario, cuáles son los síntomas que orientan a ese diagnóstico y qué encontró durante la exploración, incluyendo un esquema para ser más visual en su explicación; añadido a ello, le mencionó lo que es el tratamiento empírico y le brindó dos órdenes de estudios, haciendo hincapié en que los realice el día posterior temprano y, si accedía, comenzar el tratamiento ese mismo día, basado en lo expuesto; el segundo estudio lo haría cinco días después de haber terminado el tratamiento.

El paciente accedió, realizó ambos estudios tal y como le explicó la médica y, en la revisión, se encontró mejoría.

En esta situación, encontramos la justicia, pues existe una distribución igualitaria y equitativa de los recursos sanitarios; es decir, la consulta se imparte sin distinción de género, identidad u orientación sexuales; la vulnerabilidad queda planteada cuando el paciente asume su enfermedad, así como el proceso que debe llevar para restablecer su salud.

La médica predica desde la dignidad exponiendo al paciente el tratamiento y las consecuencias de llevarlo o no; en ese momento, le confiere respeto y le asigna la responsabilidad de decisión; no otorgar un tratamiento farmacológico podría repercutir en la salud del paciente, por lo que el brindar la información de manera oportuna y minuciosa le permite actuar sobre el principio de no maleficencia.

Al prestar atención a las inseguridades e inquietudes del paciente, la médica ocupa el principio de integridad; al no realizar ningún procedimiento sin su previo consentimiento, visibiliza el respeto a la autonomía del paciente; por último, haber atendido y resuelto el conflicto del paciente, evidencia un ejercicio profesional acorde con el principio de beneficencia.

¿Agregarías algún otro acto a tu práctica médica?


Autoevaluación. Principios bioéticos en tu práctica médica

Te hemos brindado una explicación de los principios bioéticos y cómo los puedes aplicar durante tu ejercicio profesional en la atención de la salud.


Fuentes de información

Bibliografía

Beauchamp, T. L. y Childress, J. F. (1999). Principios de ética biomédica. Masson.

Camps, V. (2000). Un marco ético para la bioética. En M. Palacios (Coord.). Bioética. Ediciones Nobel, p. 49.

Kant, I. (2007). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Crítica de la razón práctica (15.a ed.). Porrúa. 

Documentos electrónicos

Comisión Nacional de Bioética. (1947). Código de Nuremberg. Normas éticas sobre experimentación en seres humanos. http://www.conbioetica-mexico.salud.gob.mx/descargas/pdf/normatividad/normatinternacional/2.INTL._Cod_Nuremberg.pdf

El padre de la bioética. Obituario/Van Rensselaer Potter (1911-2001). (2001, 26 de septiembre). La Voz de Galicia. https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2001/09/26/padre-bioetica/0003_759107.htm

Escobar, J. y Aristizábal, C. (2011, noviembre). Los principios en la bioética: fuentes, propuestas y prácticas múltiples. Revista Colombiana de Bioética, 6, 76-109. https://www.redalyc.org/pdf/1892/189222553006.pdf

Hincapié, J. y Medina, M. J. (2019). Bioética: teorías y principios. Enseñanza transversal de bioética y bioderecho. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas. https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/13/6006/1.pdf

Osorio, S. N. (2005). Van Rensselaer Potter: Una visión revolucionaria para la bioética. Revista Latinoamericana de Bioética, (8), 1-24. https://www.redalyc.org/pdf/1270/127020937003.pdf

Trapaga, M. A. (2018, mayo-agosto). La bioética y sus principios al alcance del médico en su práctica diaria. Archivos de Investigación Materno Infantil, IX(2), 53-59. https://www.medigraphic.com/pdfs/imi/imi-2018/imi182c.pdf

Torralba, F. (s. f.). Historia de la bioética. Propuesta de principios europeos de bioética. Institut Borja de Bioètica-Universidad Ramón Llull. http://www.rlillo.educsalud.cl/Capac_Etica_BecadosFOREAPS/Principios%20europeos%20de%20la%20bioetica%20F%20Torralba.pdf

Sitios electrónicos

Ética y Bioética FACMED. [@EFacmed]. (2021a, 8 de junio). ¿Conoces el término de no-maleficencia? ¿Sabes qué significa y cómo se relaciona con la Bioética? Nos interesa mucho tu opinión [imagen] [tuit]. Twitter. https://twitter.com/EFacmed/status/1402416870439989252?s=20&t=dR1Mw20ZY2H

Facultad de Medicina UNAM. [@FacMedicinaUNAM]. (2021a, 4 de agosto). ¿Conoces qué significa el concepto #autonomía? ¿Sabes cómo se relaciona con la bioética? @EFacmed nos comparte esta infografía [imagen] [tuit]. Twitter. https://twitter.com/FacMedicinaUNAM/status/1423025957590405126?s=20&t=DRDt0-A3M49SjtE_RHSSSg

Facultad de Medicina UNAM. (2021b, 4 de septiembre). ¿Conoces el significado de beneficencia? [imagen] [actualización de estado]. Facebook. https://www.facebook.com/ScienceNOW/photos/a.117532185107/10156268057260108/?type=3&theater

Secretaría de Salud. (2020). Programa sectorial derivado del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Autor. https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5598474&fecha=17/08/2020

 

Cómo citar

Reyes, A. E. y Cruz, M. J. (2023). Principios bioéticos para profesionales de la salud. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAIEED/Facultad de Medicina-UNAM. Consultado el (fecha) de (vínculo).