Francesco Landini es uno de los más grandes compositores del ars nova italiano en el siglo XIV. En la Edad Media, la polifonía escrita surge en Italia hasta alrededor de 1330 en las ciudades del norte, donde Florencia se vuelve uno de los centros musicales más activos. Allí nace Landini, compositor ciego y virtuoso del organeto (pequeño órgano portátil).

Landini compuso casi exclusivamente música secular y sobresalen sus ballate, de las que compuso alrededor de 140. La ballata es la forma italiana que tuvo más auge en el siglo XIV, preferida por la mayoría de los compositores.

En contraste con la música francesa de la misma época, la música italiana tiene más intervalos imperfectos (terceras y sextas) y, por lo tanto, una sonoridad más dulce. Al final del siglo, hubo una fusión entre el estilo italiano y el francés, lo cual constituyó la base de la música en el Renacimiento.

Conoce las maravillosas canciones de Landini, un músico que, de acuerdo con sus contemporáneos, cuando tocaba el organeto era rodeado por los pájaros que, en silencio, escuchaban su exquisita ejecución.

Como puedes notar, es una pieza con texto en italiano con un acomodo muy silábico. Y aunque el primer tiempo de cada compás generalmente tiene una quinta o un unísono, es posible encontrar la aparición constante de terceras en tiempo más débiles. Por lo general, y a diferencia del virelai, la ballata no repite la forma y consta sólo de AbbaA.

Como ya se mencionó, se considera que las ballate a dos voces son anteriores a las de tres, que tienden a ser más sofisticadas.

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Ésta es una de las grandes obras de Landini. Es una pieza a tres voces en una textura muy contrapuntística, con texto en italiano. La voz superior es más ornamentada que las dos inferiores. El texto es silábico al principio de cada frase, pero generalmente termina con un melisma. La forma es AbbaA y el tema es amoroso. Es una ballata.

Un rasgo muy importante es que hay acordes completos, por ejemplo, en el primer tiempo de los compases 4, 5 y 10, por señalar algunos. La resolución de cadencias es a quintas y octavas, pero hay muchas terceras y sextas en el transcurso de la pieza. El gusto por la sonoridad de intervalos imperfectos marca una diferencia importante con la música francesa. Otra característica italiana es la voz ornamentada; los italianos siempre han tenido un gusto por el virtuosismo vocal que siglos más tarde se observa en la ópera italiana. Aquí se pueden ver en las ornamentaciones de la primera voz (la que se canta). Los pasajes ornamentados son patrones típicos de la música italiana del siglo XIV.

Hacia el final del siglo XIV, en sus últimas décadas, hay en Europa dos importantes tradiciones de polifonía: francesa e italiana. Los dos repertorios tienen algunas similitudes, pero también importantes diferencias: en Francia se prefería una música más disonante, enfocada en las sutilezas rítmicas, mientras en Italia se optaba por más sonoridades con base en terceras y sextas y se preferían las líneas líricas y el virtuosismo vocal. Además, cada región había desarrollado su propia notación musical. Pero al final de la Edad Media, los dos estilos se amalgamaron y la notación musical tomó rasgos de ambas tradiciones. Además, los últimos años del siglo XIV dan lugar a uno de los estilos más singulares de Occidente que se conoce hoy con el nombre de ars subtilior ("el arte más sutil").